El Día Internacional del Trabajo es algo más que recordar una fecha histórica. Es el recuerdo constante de los mártires de Chicago, sí, que fueron ejecutados por una jornada laboral de ocho horas. De aquellos que  marcaron el inicio de un largo proceso de lucha a nivel mundial.

Pero a la vez es un día de reflexión, que nos enseña a valorar la importancia de tener trabajo. De saber cuidarlo, honrarlo y, especialmente, defenderlo.

Lamentablemente, ya avanzado este sigo, en Argentina, seguimos asistiendo a innumerables violaciones a los derechos laborales.

Por eso las luchas por mejores condiciones siguen aún vigentes, sumadas en este particular momento al temor de que muchos temen perder su empleo.

Es un día para celebrar, para compartir, y sin duda, para valorar y seguir luchando.